Practicar Pole Dance hace décadas era impensable como modalidad deportiva debido a que explícitamente se liga a un espectáculo con un fin recreacional dirigido al público masculino.
El Pole Dance tiene sus orígenes en la India, era un deporte exclusivo para luchadores denominado Mallakhamb, en el que ‘Malla’ significa luchador y “khamb” representa “tubo”.

Paulatinamente, la modalidad comenzó a adquirir movimientos sensuales que se visualizaron en shows burlesques en París y se trasladaron a occidente con estos movimientos eróticos.
Sin embargo, esta barra de aproximadamente 2,8 metros de altura empezó a retomar su posición como modalidad deportiva hacia finales de los noventa en occidente, con la apertura de la primera academia de la bailarina, actriz y escritora, Fawnia Dietrich enfocada en el Pole Dance Fitness.
El Pole Dance cuenta con diferentes categorías entre las que se encuentran el Pole Dance Fitness, enfocado en entrenamiento físico; el Exotic Pole Dance, enfocado en la sensualidad en los movimientos y giros; y el Chinese Pole, enfocado en acrobacia.

Es un deporte que garantiza miles de beneficios a nivel corporal como mejora de flexibilidad, pérdida de peso y tonificación en músculos. Lo más importante son los beneficios a nivel emocional.
El empoderamiento, la sensualidad y el apoyo colectivo se respiran al ingresar a las academias de Pole Dance.
El empoderamiento femenino se da desde varios frentes, uno de ellos es la apropiación de las formas del cuerpo con los outfits durante las clases.
Los shorts cortos y tops son necesarios para generar los agarres en las figuras, de manera que, es sencillo identificar a las nuevas alumnas gracias a su timidez al momento de mostrar su cuerpo e identificar camisetas y shorts “largos” en las primeras prácticas.
Paulatinamente, cada alumna descubre su estilo y comodidad en la práctica, en la que se empodera de cómo se ve y le permite agradecer a cada uno de los músculos al completar una figura teniendo en cuenta que en esta modalidad todo es un paso a paso, nada es mágico.
Tras este empoderamiento del cuerpo, se inicia un proceso de sensualidad propia que se desarrolla a ritmo personal, en esta modalidad no existe la comparación porque cada persona lleva un proceso diferente.
Al estar en una altura de aproximadamente 2.5 metros, todas nos preocupamos por el bienestar y, por eso, los logros se celebran y los procesos se admiran. En definitiva,