Si tuviera que describirme a mí misma, creo que abierta emocionalmente no sería uno de los términos que usaría. De hecho, se me ha señalado (por parejas, por psicólogas, por mi propio cerebro) de ser todo lo contrario: alguien a quien le cuesta abrirse con otros, alguien que no se entrega desbordadamente, alguien que controla mucho sus emociones. Es cierto. He sido (quizás, “soy”) así, pero quiero no serlo.
Por eso cada vez que recuerdo ese momento en el que Carrie Bradshaw fue emotionally slutty, sonrío.
El contexto es el siguiente: en un paseo a The Hamptons para la boda de Bobby Fine y Bitsy Von Muffling, Carrie se encuentra con Jack Berger. En medio de una conversación normal en la que él menciona que tenía una huerta con su ex, Carrie le dice que también terminó con alguien (Aidan) el año anterior.
En lugar de mencionar el detalle y ya, se riega a decir que era la segunda vez que terminaban y que habían vuelto como si no se hubieran hecho tanto daño la primera vez, pero que la segunda vez fue diferente. Berger hace cara de “ok, debo escapar” y, en efecto, escapa.

Al día siguiente, Carrie le cuenta todo a Miranda y le dice con mucha angustia que la cagó, que habló más de lo que debía y fue “emotionally slutty”, algo así como “promiscua emocional”.
Ignoremos el hecho de que Aidan fue el que le terminó a ella y que la que hizo el daño las dos veces fue ella, y analicemos la frase. Carrie la dice como si fuera algo malo. Entre muchas de las cosas que no han envejecido bien de Sex and the City está el hecho de que, aunque se supone que son muy abiertas a hablar de sexualidad, en realidad muchas veces hacen slut-shaming, es decir, juzgar las decisiones sexuales de otras mujeres (casi siempre Samantha) porque les parece que esas otras mujeres son unas sluts, palabra que se puede traducir como “zorra”, “perra” o “ramera”. Entonces, podemos asumir que cuando Carrie dice que fue emocionalmente “slutty”, quiere decir que todo lo que le dijo a Berger fue algo malo.
Y sí, quizás contarle con detalle las razones trágicas por las que terminaste con tu pareja anterior a alguien con quien ni siquiera estás saliendo no sea la mejor idea, pero, aunque Carrie demonice el término, creo que para mí ser emotionally slutty es algo bueno. Porque lo contrario sería ser una monja emocional, alguien completamente cerrada que siempre vigila todo lo que dice y muestra a los demás. Me parece que hay algo bellísimo y liberador en no restringirse, en expresar las emociones sin tapujos y sin estar pensando todo el tiempo “¿será que la estoy embarrando?”.