No podemos negar que la pandemia nos hizo enfrentarnos a diferentes retos, entre ellos nuestra sexualidad.
Sin importar el estado civil en el que te agarró la pesadilla más grande de nuestros tiempos, la sexualidad se vio afectada, si no era por el distanciamiento social, entonces por el exceso de acercamiento entre dos personas que terminaron atrapadas por un montonal de meses entre cuatro paredes, algunos con niños o adolescentes, aquí todo el mundo se zampó su propio karma por el kundalini.
Entonces ¿en dónde quedó la intimidad? o mejor aún ¿cómo quedó la sexualidad en tiempos pandémicos?
Durante la pandemia, quienes vivimos en privilegio, pudimos utilizar el tiempo para estudiar o hacer esas cosas que no habíamos hecho por estar corriendo.
El pánico a contagiarnos del bicho hizo que encontráramos muchas actividades con las cuales distraernos. Los negocios digitales crecieron por la demanda de talleres online, clases por zoom etc. Aunque… confesemos… ahora zoom nos está sabiendo a cacho, extraña una hasta el mal aliento de los interlocutores en persona.
Lo que tampoco nunca pensamos es que nuestra vida se vería afectada por una especie de shock post traumático. Por supuesto, para algunas personas más que para otras, pero no importa, si viviste esta pandemia, lo más probable es que tengas que gestionar el estrés y las emociones acumuladas, ignoradas, sumergidas en alcohol u otros estupefacientes como el celular.

A quienes les agarró sin pareja sexual, se les complicó el tema, porque con ese bicho asediando, nadie quería meter la lengua en la boca de nadie más. Uno desconfiaba hasta del marido, así que para las solteras y solteros, no fue fácil. A quienes les agarró con pareja y /o familia, ni les cuento. Si por allá llovía, por el otro lado tampoco escampaba.
Cuando todo falla, el deseo sexual y la pasión se tienden a ir por el caño. No es una regla general, pero sí en la gran mayoría. Esto es porque para sentirte sensual, con deseo en tu relación, con ganas de jugar roles o de ver una peli o de leerte un relato erótico, las cosas en tu entorno deben de ir medianamente bien.
Cuando hay problemas, estrés, pérdidas, dolores físicos o emocionales, temas de pareja, cansancio etc, el deseo sexual se cae por el abismo del despeluque y la sudadera.
Esto siempre me ha hecho pensar que algo tan natural como el deseo sexual, se ha vuelto un lujo con tanto fuckin’ estrés.
Muchas relaciones de pareja sufrieron la pandemia desde la dimensión sexual. Sin embargo, fue algo que trajo a muchas parejas a sesiones de coaching sexual a mi consultorio patrocinado por Zoom-pandemics, porque se enfrentaron a una realidad que, a lo mejor, ya venía sucediendo pero que se podía esconder entre la rutina diaria.
O sea, no es que la pandemia lo causara, es que la pandemia nos lo puso en la cara, como tantas otras cosas.
Y ¿cómo ignorar que no estás satisfecha o satisfecho sexualmente?

Las parejas que me buscan lo hacen porque se aman, les gusta convivir pero sienten que se les perdió un factor que es chévere tener en la relación: el fuego.
Noticias: sí se puede subir a un siguiente nivel de fogocidad en pareja pero para eso hay que hacer el rito de paso del desierto sexual, ese en el que no sientes nada ni aunque te pase un tren por encima. Si ya estás ahí, estás lista para evaluar hacia donde caminar, en tu relación contigo y luego con la de tu pareja.
Pero la pandemia nos enseñó muchas cosas, hubo parejas que aguantaron el guarapazo y otras que no, en últimas cuando nos exponemos a ese escenario del que hemos estado huyendo, tenemos que decidir con la verdad o condenarnos foreva.
Lo curioso es que la muerte del deseo no tiene que ver solo con tener una pareja de más de 3 años, sino que muchas mujeres y, hombres también, han tenido un bajón de libido en esta época solo porque sí. Bueno… no solo porque sí, pero ustedes me entienden.
Así como las parejas se pueden volver locas de tanto estar juntas, las personas que viven solas se pueden volver locas de tanto estar consigo mismas. Y no cuenta estar todo el día pegado a los diferentes chats o mandándote fueguitos por Instagram o fantaseando en Bumble, sino el roce humano, la cercanía, el sentirte acompañada o acompañado.
Por eso no importa cómo te agarró el décimo infierno de Dante, nuestra sexualidad habló y se dejó escuchar.
¿Y ahora qué hacemos?

De alguna manera tenemos que recoger este reguero. Mis recomendaciones son las mismas que les he dado a mis clientas y clientes durante esta época: DENSE PASITO.
Estamos hablando de muchas emociones, miedos, sentimientos que salieron y que siguen saliendo a la superficie…y que generan ansiedad. La ansiedad es la principal enemiga del sexo y la sensualidad. ¡Pum! Aquí podría empacar e irme, pero no es una buena práctica literaria dejar un texto sin cierre.
Esto es muy simple… piensa en el animal que más sensual te parece en su movimiento, en su soberanía. Yo por ejemplo, encuentro al puma un animal muy sensual. Me imagino su movimiento y no puedo más que sentir ese misticismo al verlo agazapado, para después brincar con seguridad y asertividad sobre su presa.
Si ese puma tiene miedo o se siente inseguro, si ese puma se siente perseguido o amenazado, su movimiento no va a ser sensual, no se va a expresar con grandeza, no va a buscar dejar su olor en las plantas, ni tendrá la paciencia para esperar calmado por su objetivo. Por el contrario, sería torpe y ñoño.
La sensualidad depende de que te sientas segura en tu entorno y en tu cuerpo, y la ansiedad es todo lo contrario, es el modo huida o pelea, te sentirás reactiva y querrás esconderte para sentirte protegida. Te esconderás detrás de ropa o maquillaje, que no te deje ver como tú misma quieres verte, te esconderás de las demás personas tus proyectos, tus ideas… en fin.. serás ñoña como el puma que tiene miedo.
Y ahora en pandemia nos enñoñecimos un montón por el miedo que hemos sentido, por lo que sea, pero la ansiedad está más presente que nunca.
A eso le podemos sumar que nos dieron pase libre para no volvernos a arreglar y eso, aunque suena chistoso, también es una realidad que nos aplasta. La autora Elizabeth Gilbert en su libro BIG MAGIC habla de coquetearle a la creatividad. Cuando menos creativa estás, cuando más bloqueo de escritor tienes, más te debes de poner coqueta para la diosa de la creatividad y eso incluye bañarse, pasarse el cepillo por la cabeza y vestirse de la cintura para abajo.
La coquetería no es solo con la pareja es contigo primero.

Si tu te coqueteas a ti misma, le vas a coquetear a la vida y cuando le coqueteas a la vida cosas buenas pasan, como lograr tus sueños o que se te antoje tener sexo.
Es increíble como lo uno tiene que ver con lo otro. Recuperar la relación de pareja, requiere recuperarse a sí misma primero. Si quieres sentirte sexy con tu pareja, necesitas sentirte sexy en general, no le tengas miedo a brillar con toda tu luz.
Si tu relación de pareja sobrevivió pero el fuego quedó como fósforo en tsunami, entonces la invitación es a que comiencen por el principio: comuníquense.
Después de lo vivido se vale reevaluar la vida que llevábamos hasta ahora y replantearnos lo que queremos vivir en adelante, cómo lo queremos experimentar y cuál va a ser tu rol en esta nueva etapa. La pregunta es:
¿Quién estás lista para ser?
Puedes responder esto en tu diario: Estoy lista para ser libre, sensual, apasionada, creativa, brillante, graciosa,…
Y esa es la gran pregunta sexual que te voy a hacer hoy, que tiene que ver todo y a la vez nada con sexualidad pero que define la energía con la que estás avanzando y recuerda que cómo te muestras en el sexo te muestras en la vida y viceversa.
Si estás soltera y desganada contigo misma, las recomendaciones son las mismas que si tuvieras pareja porque como te darás cuenta, la pareja no tiene nada que ver con el desgano de uno. Eso es una buena noticia porque depende sólo de ti.
Y si tu pareja tiene que ver activamente con ese desgano y ya nada tiene remedio entonces ¿qué haces ahí? Estar en un lugar en que no estás feliz, que sabes que no va a cambiar y tú no te vas a acoplar hace parte de tus elecciones. Tú y solo tú deberás salirte magistralmente de cualquier relación tóxica. Si no lo haces tú, nadie va a ir por ti.

Gestionar la dimensión sexual en nuestra vida tiene un paso muy importante y es tomar responsabilidad. Si solo estás enfocada/o en lo que tu pareja hace mal o en lo que el reflejo del espejo hace mal, entonces no estás enfocada en lo adecuado.
Enfócate en ti. ¿Quieres sentirte sexy? ¡Créeme que es fácil sentirse sexy porque alguien más te lo diga! pero ¿quieres ver magia? ¡dítelo a ti misma! y ¡créetelo! ¿quieres ver más magia? ¡Dítelo todos los días hasta que no necesites que tu pareja o un desconocido de tiktok te lo diga! Eso es power del bueno.
Entonces sí, logras sentirte una mamasita, merecedora de cada idea que te sale del forro de cada ovario, con certeza de que eres fuerte, digna y amada por mami/papi Universe.
Dentro de las cosas que yo recomiendo a mis clientas es tener mínimo 10 minutos de exposición diaria a cosas que te exciten: ver videos hot, encuentra un libro sexy, un juguete sexual, una serie candente, fantasea… lo que quieras. Si por 10 minutos piensas en sexo y sientes rico-rico en la mente y el cuerpo estás ayudándote activamente a elevar tu deseo sexual.
Todas estas son herramientas que les van a ayudar a trascender ese marasmo pandémico sexual que nos dejó el encierro. Si son constantes, curiosas y convierten el terreno sexual en algo lúdico y divertido, todo cambia.
Espero que les sirvan estas herramientas de coaching y que les muestren el camino hacia afuera de lo que sea que necesiten salir…
Sin miedo, somos más sensuales.